martes, 25 de noviembre de 2008

EL ÁRBOL ROJO


Se trata de un cuento que posiblemente no necesite ser presentado por ser demasiado personal. Un cuento que hemos escrito y dibujado todos en nuestra imaginación pues todos tuvimos, tenemos y tendremos momentos, días, años y hasta vidas varadas en lugares a los que sólo llegamos nosotros mismos por ser dueños de nuestra imaginación.
Precisamente es la imaginación la que pone imagen a las sensaciones y esa es una lección ¿beneficiosa? de este cuento en el que, sin duda con valentía, Shaun Tan nos abre las puertas de sus sensaciones en ilustraciones que mejor adjetivan ustedes pues ya dije que era un cuento demasiado personal.
Lo edita con esmero y sin alardes Bárbara Fiore.

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